Divinas tentaciones

Preocupación porque no cierran los números del escrutinio provisional que "consagró" a Cristina presidente

Altos funcionarios del gobierno de Néstor Kirchner están preocupados. Sucede que saltan a la vista las irregularidades en el escrutinio provisional de los comicios nacionales realizados el domingo pasado son significativas y no se pueden contender. En Tucumán, Santa Fe, Río Negro y Buenos Aires, las incongruencias son escandalosas. Alrededor del 40 % de las planillas surgidas de mesas de todo el país evidenciaron diferencias entre la cantidad de votantes y de sufragios registrados. En principio, el número de electores debería ser casi idéntico. Cada votante que ingresa al cuarto oscuro debe elegir todas las categorías en pugna: nacionales, provinciales y municipales. Si no lo hace, se computa voto en blanco en el rubro que falta en el sobre.
Empero, en varias provincias se asentaron más electores para presidente que para otros cargos. En Buenos Aires se asentaron 7.315.000 electores para presidente y 7.173.000 para legisladores locales. Debería coincidir, o casi. Otro ejemplo es que en la tercera sección electoral las mesas electorales eran 9063 para presidente y 9330 para legisladores locales. Sin embargo, según las pantallas oficiales, hubo 55.000 votantes menos para senadores provinciales (2.453.000) que para presidente (2.508.000).
Desde el Ejecutivo nacional, intentaron minimizar el hecho y dijeron que la diferencia de electores podría estar originada en el envío erróneo de información a través de los telegramas por parte de las autoridades de mesas, producto del importante corte de boleta que se registró. Este fenómeno se repitió en casi todas las secciones electorales, excepto en La Plata. Allí prevaleció la lógica -por las mesas de extranjeros-: hubo más electores para cargos distritales que para presidente. Precisamente, en esa sección, la octava, ganó la candidata presidencial opositora Elisa Carrió (CC), con dos puntos sobre su par oficialista, Cristina Kirchner. La misma incongruencia que en la tercera sección se reiteró en la primera. Se registran allí 44.200 votantes menos para diputado provincial (2.454.000) que para presidente (2.498.000). También había extranjeros y también se duplicó el voto en blanco: legisladores distritales, 374.600; presidente 191.000. Entre las secciones primera y tercera se concentran 6.900.000 votantes de los 10 millones de toda la provincia. En términos legales, es posible que no tuvieran incidencia en la elección presidencial ni en la definición sobre el ballottage. Pero bien podrían modificar los porcentajes en la definición de diputados o senadores provinciales. Lo seguro es que refleja una precariedad en el sistema electoral nacional que el domingo 28 registró denuncias de demoras, malas prácticas de autoridades y robo de boletas. Otro de los casos más elocuentes es Tucumán, porque con el 93,41 % de las mesas escrutadas hay una diferencia de 61.623 electores entre una categoría y otra. Es decir, 668.107 tucumanos votaron para presidente, pero sólo 606.484 lo hicieron para diputado nacional. En el 40 % de las mesas hubo incongruencias. En Santa Fe, la diferencia supera los 42.000 electores, y en Formosa alcanza los 20.171 ciudadanos.
En Río Negro, la diferencia de electores entre los niveles de presidente y diputados alcanzó los 12.663 electores que no fueron registrados en el escrutinio provisorio para los cargos del Congreso de la Nación. "Durante el recuento provisorio el pasado domingo 28 de octubre, los encargados de seguir y controlar la sumatoria de sufragios, han detectado urnas donde la cantidad de sobres no coincide con la suma de los votos emitidos, o que existen diferencias entre el número de electores y votos, entre otras inconsistencias", señaló la UCR a través de un comunicado. “Se tienen planes de avanzar en la implementación del sistema de voto electrónico” El sistema “tiene muchas ventajas: agiliza el voto, garantiza la transparencia y rapidez en el escrutinio y evita que se carguen los datos del escrutinio provisorio según la conveniencia de los gobiernos, para crear la noche de las elecciones una imagen de triunfalismo ante los medios de comunicación, como hemos visto recientemente”, explicó un funcionario.