Procesos internos

Los cuestionamientos y acusaciones de centro-derecha a la cúpula de la coalición cívica, vienen siendo puestos de manifiesto por unos ocho legisladores del ARI. ¿Otra vez los ocho?

Por: Juancho Caminos

En esta oportunidad le toca a la versión por izquierda. Algunos de los miembros de este cisma que se ha producido en la Colación Cívica, quizás ya hayan comenzado a recorrer el camino de una reconversión política. Tienen un cierto tiempo, relativamente prudencial, para diseñar un pequeño montaje, sobre todo mediático, que exponga creíbles excusas de aproximación al poder oficial. Quizás solo se trate de ello. El Capitán del Ejército Británico Sir Basil Liddell Hart, escribió hace más de cincuenta años sobre las “estrategias de aproximación indirecta”. Claro que él, se refería al arte de “la guerra como continuidad de la política por otros medios”, al decir del general prusiano Carl von Clausewitz. El caso que nos ocupa, habría que juzgarlo como indisimulados actos de aproximación al poder. O aproximación directa, de un sector del ala izquierda, a la “caja”. No importa tanto el signo ideológico del actual poder y su continuidad “jurídica”. Siempre se está a tiempo de cambiar. Siempre hay tiempo de redescubrir algún aspecto “progre” de la gestión oficial, en este caso de Cristina de Kirchner, que justifique alguna pirueta. Por otro lado, convengamos, en la Argentina de hoy ¿quién controla a quién en nada? Se diría que estos sucesos son absolutamente predecibles, prácticamente de manual. Es una rutina, si se quiere, en el mundo de las estructuras partidarias. Lo novedoso en la actualidad sería un notorio aumento de la frecuencia de estas situaciones. Cisma sí, pero con un “programa”. O un nuevo “contrato moral”. Siempre son de dudoso origen y destino ese tipo de purezas y perfecciones ideológicas. Generalmente se vuelven en contra de quien las pregona y pregonó originalmente. Alternativamente, por izquierdas y por derechas, la novel (¿?) fuerza conducida por Elisa Carrió, va a tener que acostumbrarse a este tipo de cimbronazos que nada tienen que ver con fracturas ideológicas, ni nada que se le parezca. No es en torno a la letra de la plataforma, que se producen este tipo de sangrías partidarias. Tampoco a las diferencias de estilos en el ejercicio del poder. Además, seamos francos, ¿cuántos adherentes circunstanciales, pueden llegar a ser partícipes de estos debates? Debates que, además, van a ser invocados, reclamados de uno y otro lado. Hace bastante tiempo que las estructuras políticas, sea cual sea la antigüedad de ellas, están despobladas de gente. Cantidades importantes de personas involucradas, es cosa del pasado. El compromiso ha sido, paulatinamente, sustituido por el interés. En esa secuencia, el éxodo de las personas de “eso” en que se han transformado algunos de los supuestos canales de participación política, ha sido lapidario por un lado y, precisamente por esa misma razón, auspicioso por el otro. Porque, ¿cuáles son los reaseguros orgánico-populares de reelaboración y recreación de la actividad política? Y además, ¿están acaso dentro de esas “estructuras”? Seguramente no en forma exclusiva. Siendo absolutamente piadosos, existiría una remota posibilidad de emparentar alguno de estos “procesos internos” con la soberanía popular, que sería uno de los principales hechos y fundamentos de la política. La gente o la mayoría de ellos, y desde hace mucho, han pasado a ser tan solo oscuros y lejanos “destinatarios” ocasionales de una opción. La gente está cansada de no poder elegir verdaderamente. ¿Se puede en el actual marco económico, social y cultural, ser libre de elegir? Los cuestionamientos y acusaciones de centro derecha a la cúpula de la Coalición Cívica vienen siendo puestos de manifiesto por unos ocho legisladores del ARI, ¿otra vez el grupo de los ocho? ¡Que número fatídico! Tendrían que recordar todos los díscolos del espectro legislativo nacional tal como está, que el oficialismo cuenta con quórum propio. Los pases estarían absolutamente devaluados en ese marco. Quizás tengan una nueva cotización, en el marco del conflictivo panorama social argentino que puede asomar en un probable horizonte con el mayor y conflictivo empobrecimiento de la sociedad. En ese hipotético escenario, siempre va a ser “refrescante” para el gobierno nacional incorporar algún legislador converso a su gestión.