miércoles, 5 de diciembre de 2007

Mirá quien habla


El Jefe de Gabinete irá a la Cámara de Diputados el 29 de Noviembre. Pero han pasado más de 7 meses desde la última vez que se presentó a rendir cuentas, las consecuencias nefastas de violar la Constitución Nacional.

El próximo jueves 29 de noviembre habrán pasado más de 7 meses y exactamente 218 días de la última visita del Jefe de Gabinete de Ministros a Congreso de la Nación. El artículo 101 de la Constitución Nacional establece que “El jefe de gabinete de ministros debe concurrir al Congreso al menos una vez por mes, alternativamente a cada una de sus Cámaras, para informar de la marcha del Gobierno”. La última vez que Alberto Fernández cumplió con su mandato constitucional fue el 25 de abril de este año. Los intervalos entre cada una de las visitas del Jefe de Gabinete se han ido agrandando, la vez anterior habían transcurrido poco mas de cinco meses y 160 días. Por otra parte, además de no cumplir con los plazos que lo obliga la Constitución, tampoco respeta la alternancia prevista. En abril pasado estuvo en la Cámara baja y ahora le tocaría el Senado, pero esto no ha sido tenido en cuenta por el funcionario.En la Argentina política, siete meses es demasiado tiempo. Cabe recordar que aquel 25 de Abril lo encontraba al Gobierno en medio del escándalo de Skanska y la feroz puja electoral entre Jorge Telerman y Daniel Filmus por la primera vuelta de las elecciones a Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. En la pasada visita los opositores pretendían acotar el debate a tres o cuatro temas con posibilidad de repreguntas. Y propusieron que se trataran los casos Skanska, Greco, INDEC y el conflicto docente en Santa Cruz. En esa oportunidad fue Alberto Balestrini el encargado de rechazar de plano esa posibilidad. ¿Cuál fue el resultado? Los diputados de la oposición se retiraron minutos antes de que ingresara Fernández, a modo de protesta, y el jefe de gabinete al canto de “voy a responder todo”, atacó muy duramente a Jorge Telerman, vinculándolo al caso Skanska. Alberto Fernández, involucró al gobierno de de la Ciudad con las maniobras financieras de Infiniti, la proveedora de facturas falsas mediante la cual Skanska habría “blanqueado” el dinero destinado a pagar “comisiones indebidas”, como reconoció la empresa sueca. Esta denuncia es la muestra más cabal de la necesidad de que el Jefe de Gabinete cumpla con los plazos y asista una vez por mes al Congreso. Siete meses en la política Argentina es una eternidad. Si Alberto Fernández hubiera concurrido el 25 de mayo al Senado se le habría podido preguntar sobre la evolución de su denuncia hecha el 25 de abril y sobre por qué nunca hizo una presentación formal ante la justicia. Si el Jefe de Gabinete, además, hubiera cumplido con sus citas del 25 de junio, del 25 de julio, del 25 de agosto, del 25 de septiembre y del 25 de octubre, se lo podría haber indagado, por ejemplo, sobre: El escándalo del dinero encontrado en el baño de la, en ese entonces, ministra de Economía Felisa Miceli, El rol de Claudio Uberti y el resto de los funcionarios en el affaire de los USS 800.000 dólares transportados por el venezolano Guido Antonini Wilson en un avión rentado por el Ejecutivo Nacional, Los inexplicables precios de las exportaciones de los 6.700 kilogramos de piezas de fusiles FAL realizados por Fabricaciones Militares a USA, que puso en jaque a la ministra de Defensa Nilda Garré, El uso del avión presidencial para la campaña proselitista de Cristina Fernández de Kirchner, La relación del Ejecutivo Nacional con Daniel Varizat.
Y la lista podría extenderse. Aún con el actual procedimiento, que no garantiza el adecuado debate, hubiera sido muy beneficioso. El próximo jueves Fernández deberá entregar las respuestas a las 117 preguntas que le ha enviado uno solo de los bloques opositores, el del PRO. Desde las otras bancadas partieron paquetes de preguntas de similar magnitud. Una de las promesas de campaña de Cristina Fernández de Kirchner fue que se dedicaría al “fortalecimiento institucional”. Que útil sería, entonces, que antes de que termine el año, Alberto Fernández, asistiera al Senado y diera explicaciones sobre las primeras medidas de la gestión de la nueva presidenta. Si cumpliera estrictamente con el artículo 101 de la Constitución ya estaría haciendo mucho: le estaría devolviendo al Poder Legislativo una de sus funciones, la del control.

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