miércoles, 5 de diciembre de 2007

Paso en falso


En los actos de cierre Chávez dijo que si perdía, y estaba dentro de las posibilidades, había que ir pensando ya en su sucesor.

Por: Juancho Caminos

Chávez tercero, la oposición segunda y primera, cómoda, la abstención. Es muy probable que el nivel de indocumentados sea altísimo y que los padrones sean totalmente deficitarios y manipulados. De todas maneras en Venezuela desde hace décadas la abstención no baja del cuarenta por ciento, esta vuelta con toda la “furia” polarizada fue del cuarenta y cinco por ciento, y a veces ha tenido picos increíbles del setenta y tres por ciento. Nadie, ni Chávez a pesar de los años que está en el poder, han resuelto esta situación. No se lo proponen o no les interesa. Es más, la abstención siempre ha sido conveniente a los resultados buscados por todos, incluido Chávez. Esta, fue una derrota anunciada por el propio presidente, hasta se diría que le hizo campaña a este resultado. De todos modos demasiados votos sacó para lo que pedía en la reforma. Hasta da la sensación de ser una orquestada provocación. Y ahora la pregunta obvia, frente a un virtual empate técnico, sin una presencia importante de veedores internacionales, con todo el poder estatal que tiene y la temeridad que invoca, ¿por qué, de pronto, tanta prolijidad y respeto “democrático”? Los medios de comunicación en la medianoche del domingo llamaban a respetar el resultado electoral. En los actos de cierre, Chávez dijo que si perdía, y estaba dentro de las posibilidades, había que ir pensando ya en su sucesor. Entonces, ¿se estará preparando una nueva y actualizada concertación? ¿Vuelve la alternancia a Venezuela? ¿O Chávez tiene un plan B? Quizás ya esté en vías de resolverse, quién manejará el petróleo en Venezuela. Lo central en el mundo de los requerimientos energéticos, es eso, controlar los recursos. Y no, velar por el aspecto más o menos “democrático” de los gobiernos. Oro negro, lo demás sería cartón pintado o a pintar. Las amenazas de nacionalización de la banca española y el cierre del grifo petrolero a Bush, es probable que haya sido el principal mensaje de la coyuntura electoral y no tanto el resultado del escrutinio. Si se confirma un futuro escenario pactado, todo lo político-electoral pasaría a un segundo plano. En Venezuela se refleja siempre en el poder político, la puja entre poderes extraterritoriales por el control de las reservas petrolíferas. El sistema de alianzas petroleras internacionales de Chávez, más su influencia de alineación ejercida sobre los débiles Morales de Bolivia y Correa de Ecuador-países exportadores de energía-sería tributario a un nuevo reparto mundial. Se podría preguntar, ¿porqué tantas vueltas? ¿Por qué tan sinuoso camino, si de última se puede invadir? Siempre es una posibilidad. A Irak lo invadieron todos juntos, así también hubo enfrentamientos entre las propias tropas invasoras y cada vez con menos posibilidades de ocultarlo. Pero pensamos que un reconocimiento cada vez más público de los contendientes verdaderos, sería aproximarse a una declaración de una guerra terrible, planetaria, carísima y con resultado incierto. Es más barato realizar trabajosas orquestaciones diplomáticas y de inteligencia. Es infinitamente más económico “tercerizar” los conflictos. Pero no solo desde el punto de vista económico, que suele ser la principal preocupación de los núcleos de poder, sino también desde el punto de vista político. Hasta que se pueda o puedan, va a ser así. Tampoco es fácil definir los enemigos, territorialmente hablando. ¿Son naciones contra naciones? ¿Es el imperialismo yankee versus el pueblo venezolano? No todo es lo que parece y el tiempo lo dirá. Mientras tanto Chavez no ha podido resolver o avanzar seriamente sobre la problemática estructural de la economía y la justicia social. Hay algunos programas y cierto “reparto” aleatorio y muy circunstancial entre el pobrerío. Tiene a veinte mil médicos y paramédicos cubanos haciéndole el aguante sanitario de emergencia y precoz. Se mueve como un condenado por toda Venezuela, y debemos reconocer que hacía rato no llegaba un presidente a los lugares recónditos que ha ido Chávez en persona. Pero para una “revolución” tan invocada, desde hace ya unos cuantos años, no bastan los fuegos artificiales, y muchos, como los que se la pasa tirando el ahora derrotado mandatario venezolano. El pueblo llanero no ha cambiado sustancialmente sus condiciones de vida, la única diferencia es la esperanza. A esta altura del campeonato sería bastante obsceno desilusionarlo.

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