domingo, 2 de septiembre de 2007

Dónde está la plata?

Ya se está pensando en un escenario muy pesado de los próximos dos años, en los que hay que cancelar “prestamos” por 40.000 millones de dólares. Esta recesión en ciernes prevé una caída de las exportaciones.

Por Juan Carlos Camino

El crecimiento de algunos negocios, vía exportación de soja, carne y restos de energía no-renovable, no significa el crecimiento de toda la economía de la Argentina. Pensamos que no hay economía nacional que se precie si no es la que considera a todas las personas habitantes del territorio en cuestión, como los principales actores, administradores y beneficiarios de esa economía. Recientemente el Diputado Nacional por Santa Fe, Agustín Rossi, en su campaña electoral de las internas abiertas, anunció públicamente esta carencia, anomalía e injusticia en la distribución de la riqueza. Su principal slogan afirmaba que a través de su gestión, “los santafesinos van a crecer como crece la provincia.” Es decir que ahora no sucede, por lo tanto son dos realidades contrapuestas o, al menos, distintas. Puede haber negocios, movimiento económico, ruido, etc., lo cual no quiere decir, para nada, que se esté beneficiando toda la población. Fue un reconocimiento pleno de una realidad insoslayable. Pero además si esos negocios son principalmente y precisamente materia prima con procesamiento primario que crea mucha ganancia en algunos pocos sectores concentrados, desnacionalizados e intermediarios, estamos embromados. Esta situación, con las actuales políticas de estado, genera un superávit fiscal tremendo, pero injusto y perverso porque no es creación de riqueza genuina. Tener mucho excedente fiscal producto de la exportación con poco valor agregado, las mayor cantidad de veces, y cuyo destino principal es el pago de la usura, nos retrotrae a las épocas más serviles de los gobiernos liberales en la Argentina. Recordemos, además, que mucha de esta soja es parte de la dieta de… porcinos europeos y chinos. En todo caso diremos: ¡graneros del mundo eran aquellos! Cuando en esferas oficiales anuncian que no nos va a afectar ningún torbellino desatado por la situación económica mundial actual, se están refiriendo a ciertas garantías ofrecidas por esta gestión, superávit milagroso, para el pago de la monstruosa usura que es la “deuda eterna”, que por otro lado ha crecido bastante en los últimos meses. Aunque de ello no se informe nunca. ¿En que marco internacional podemos hallarnos a poco de andar? Con una desaceleración de la economía mundial. En las últimas semanas los principales bancos centrales del mundo, inyectaron en el sistema financiero 400.000 millones de dólares para frenar la corrida, que además tiene una particularidad. Esta crisis tiene su origen y epicentro en Estados Unidos, a raíz de la sobrevaluada y sobredimensionada inversión inmobiliaria. Al extremo de que una enorme, “rentable al extremo” e insaciable burbuja financiera tentó a más usura a incursionar en mercados no tan “solventes”, muy “inestables” y como se ha visto no tan estúpido de millones de norteamericanos medios y medios para abajo no dispuestos a pagar la voracidad ajena. La novedad es que de arranque no se pudo exportar este estallido a los países sumergidos, “emergentes” para los cínicos, y como que empezó a estallar en su casa. Este detalle da una idea de la magnitud que puede llegar a adoptar esta reseción mundial que, por supuesto, los países muy endeudados como el nuestro lo van a pagar en tasas en dólares muy altas, entre otras cosas. Ya se está pensando en un escenario muy pesado de los próximos dos años, en los que hay que cancelar “prestamos” por 40.000 millones de dólares. Esta recesión en ciernes, al menos para nosotros, prevé una caída de las exportaciones por caída de los precios en las colocaciones a futuro de materia prima. De todas maneras si bien el problema deviene en financiero, es profundamente económico, y yendo un poco más a hacia lo cierto, es político-económico. En la Argentina, al menos, es así. Todo este panorama, bastante soslayado por el gobierno en plena y acelerada campaña, es quizás uno de los principales motivos para achicar distancia con el lejano octubre electoral, aunque sea virtualmente y en forma mediática, instalando con exceso una candidatura con poco contenido y “rapidito antes de que se nos pudra todo”.

No hay comentarios: