Editorial

Quevachaché!!

Por: Diego Kraljev

Piantá de aquí, no vuelvas en tu vida, ya me tenés bien requeteamurado. No puedo más pasarla sin comida, ni oírte así, decir tanta pavada... ¿No te das cuenta que sos una engrupida? ¿Te creés que al mundo lo vas a arreglar vos? Si aquí ni Dios rescata lo perdido... ¿Qué querés vos? ¡Hacé el favor! Lo que hace falta es empacar mucha moneda, vender el alma, rifar el corazón; tirar la poca decencia que te queda, plata, plata, plata... y plata otra vez... Así es posible que morfés todos los días, tengas amigos, casa, nombre... ¡lo que quieras vos! ¡El verdadero amor se ahogó en la sopa, la panza es reina, y el dinero Dios! ¿Pero no ves gilita embanderada que la razón la tiene el de más guita? ¿Que la honradez la venden al contado, y a la moral la dan por moneditas? ¿Que no hay ninguna verdad que se resista frente a dos pesos moneda nacional? Vos resultás haciendo la moralista, una disfrazao... sin carnaval... ¡Tirate al río! No embromés con tu conciencia, sos un secante que no hacés ni reír... ¡Dame puchero, guardate la decencia, plata, plata y plata ... yo quiero vivir! ¿Qué culpa tengo si has piyao la vida en serio, pasás de otaria, morfás aire, y no tenés colchón? ¿Qué vachaché? Hoy ya murió el criterio... ¡Vale Jesús lo mismo que el ladrón!. Enrique Santos Discépolo describió la realidad Argentina hace 81 años atrás. Y la pintó mejor que ninguno. El matrimonio K se va del país, habla para medios extranjeros y olvida a los del país que gobiernan. Piden inversiones y más inversiones y después, por la única lógica de políticas económicas erradas, le cierran las puertas como pasó con China hace muy poco. Una contradicción que nos deja parados siempre al fondo del salón del tercer mundo. La oposición no cierra sus filas. Las deja abierta y es así como se ven las grietas. El ego es poder y en vez de sumarse como una fuerza única se critican entre ellos. No hay oposición... Hay oposiciones. Y en ese jueguito de relaciones Cristina es la ganadora. Su “ya ganó Cristina” se fue instalando en el inconsciente colectivo hasta transformarse en “la menos mala” de las candidatas o, también, en la portadora de la bandera del “no cambio para mejor”. Lilita despotrica denuncias a los cuatro vientos y deja esa sensación de impunidad en el aire. Pero la lentitud de la justicia Argentina hace que Carrió, más que una continúa defensora de causas, termine siendo como la vieja quejona de cualquier edificio del mundo. Y eso le resta credibilidad, la “bipolariza” igual que a Cristina. Un país machista como el nuestro, y a sesenta años del voto femenino otorgado por Evita, permite que el destino del país lo amasen dos mujeres. Cristina, a pedido de sus asesores dejó de hacer campaña para no “empañar” la imagen de Channel que tiene. Obvio, ningún vecino se banca la catarata de colectivos, humo de choripanes y los disturbios que inundan cada zona donde se realiza un acto. Lavagna tiene menos prensa que Tito y Pelusa y López Murphy... Ya no se sabe a qué va. Sobisch carga un muerto en el pizarrón y Alberto Rodríguez Sáa cree que las estrellas de Xilum, su planeta madre, le van a dar los superpoderes necesarios para ser presidente. La única sombra para el gobierno, y por una cuestión de conveniencia y peso, es la de Carrió - Giustiniani. El Socialismo se hizo fuerte en la provincia y le va a dar unos cuántos votos y fiscales ¿llegará?... Después del acto del lunes en el Patio de la Madera quedó la sensación de “es probable”. Lo vivido en Tierra del Fuego, en Córdoba, en Misiones, en Chaco... Hace pensar, también, que todo es posible. El Argentino ya miente hasta en el “boca de urna” por que quiere un cambio pero no se anima a decirlo. Lo expresa con el voto. Y esa puede ser la posibilidad esperada por Lilita y todo su equipo, aunque ella no quiera hablar de posibilidades ni encuestas. El tiempo comenzó a purgar los últimos días para las elecciones presidenciales. Cristina seguirá sumando millas en viajes top y los demás tratarán de roer el hueso para depositar sus egos al servicio del poder. Quién sabe. Sólo que Argentina sigue siendo un cambalache que busca cambiar. Discépolo lo escribió en 1926 y nada fue diferente. Quizás un cambio de mentalidad permita escribir otro tango... Aunque sea un poco más feliz... Sólo un poco.