jueves, 27 de septiembre de 2007

El nuevo mercasur


Verdaderos coladores aduaneros, paraísos fiscales, territorios liberados, miles de laboratorios, financistas “pulcros” y mucha muerte, son parte de las delicias del creciente mundo de la droga.

Por: Juan Carlos Caminos

Los sonados casos de las narco-valijas iniciales y últimas, las alucinantes declaraciones de jueces en torno a pistas de aterrizaje diseminadas por todo el país y el potencial ilimitado de la red de tráfico usando nuestro territorio para tránsito o también para el multiplicado consumo de drogas, son datos cotidianos que tienden a multiplicarse. El consumo barato y chatarra entre los pobres de toda pobreza, donde lo que más se les ha robado es la esperanza. La venta de falopa como salida laboral para núcleos de familias que poco antes encaraban un quiosco de cigarrillos y caramelos. Las zonas liberadas-barrios enteros-como mercados a cielo abierto y a la vista. El “paco” y el pegamento como territorio inicial o las más de las veces, final. Las delicias de este “universo” están extendidas por todos nuestros países de Iberoamérica y cuando el escándalo, violencia y muerte es rutina, ya falta poco, se está a un paso de que se incorpore como hecho natural de todos los días y sea el horizonte cotidiano de las personas. Este “logro” sería uno de los objetivos más preciados y buscados por este sistema perfeccionado de esclavitud. Veamos a Brasil y Chile con sus explosivas puebladas y con el componente del tráfico presente en forma casi medular. Aunque lo verdaderamente medular y estructural es la miseria. El diario y a veces masivo tiroteo entre bandas en las zonas marginales de todo el continente. Todo esto no ha sido por generación espontánea y los gobiernos-casi todos ellos-de nuestros países por acción u omisión son responsables directos del desarrollo de este negocio que hacen los poderosos para que mueran, de la peor manera los más pobres y desamparados. Países productores, países de tránsito o elaboración, países de inversión o de lavado, paraísos fiscales. Todo este abanico está de alguna manera integrado en el circuito financiero internacional. Daría la impresión que en los últimos años se han acrecentado las redes impunes para el lavado del narcodinero. Hemos tenido “respetables” banqueros en la Argentina y el resto de nuestros países que cubrían y financiaban todo tipo de operaciones necesarias para el correcto desempeño del negocio. Sería imposible que esto hubiese ocurrido sin el concurso “organizado” de la banca internacional, que cada tanto entrega alguno de sus peones para disimular. ¿No hay a la vista y promocionado oficial y públicamente en todos los países involucrados en esta plaga, una clara intención de crear más herramientas financieras de dudoso comportamiento? Mmmm da qué pensar…

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