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Cada punto menos de inflación que se reporta oficialmente, le incorpora a este gobierno una “disponibilidad” de trescientos treinta millones de dólares.

Por Juan Carlos Caminos

A raíz del “escándalo” de las estadísticas adulteradas de Mendoza, nuevamente aparece, entre otros temas, la cuestión de la necesaria profesionalidad de los estudios técnicos acerca del comportamiento de los precios en la economía argentina, entre otros índices encuestados por los organismos nacionales y provinciales. Se supone que la veracidad de estos datos son los que contribuirían a elaborar las necesarias políticas correctivas para cada caso. Nada más lejos de la realidad. Existe una economía “desindecxada” artificialmente y que tendría sus réditos económico-financieros para esta administración “fiscalista” bastante rapaz y con un núcleo humano de decisiones totalmente dispuesto a hacer cualquier cosa en esa dirección. Este gobierno, con escándalos incluidos, mientras pueda, va a negar toda manipulación, va negar el “dibujo” de los precios, va a negar la realidad inflacionaria o la va a dosificar a su medida y requerimientos de “reservas” o de “caja”. Cada punto menos de inflación que se reporta oficialmente le incorpora una “disponibilidad” a este gobierno de aproximadamente trescientos treinta millones de dólares. ¿Se paga menos deuda o estarían pactadas, estas supuestas reducciones, con el sistema financiero radicado en la Argentina, con terminales en el extranjero, que recibe beneficios de subsidio con cargo directo a todas nuestras finanzas? Más allá del tema de la credibilidad y o profesionalidad, de los organismos oficiales, y que a esta altura, las demandas mediáticas de transparencia parecen ya una cortina de humo que oculta verdaderas intencionalidades, hay un agravante importante. Los contribuyentes a los fondos de jubilación, han perdido por estas desindecxaciones, el doce por ciento de sus activos.