jueves, 4 de octubre de 2007

EDITORIAL

Un buen día


Por: Diego Kraljev

Glamour... Y el escenario propicio para la presentación de una Reina... Un shopping. Y el capital? Ya no se combate como las estrofas del verdadero peronismo solicitan? Nada más alejado de la realidad Argentina que el acto de Cristina el pasado Martes 2 de Octubre. Y nada más cercano a la realidad Argentina que el acto de Cristina el pasado 2 de Octubre... Casi un Ying y yang de la política en un sólo acto. Veamos. Lo alejado se resume en la fastuosidad hollywodense de la puesta en escena y en esa imagen de mujer del más allá, enfundada en trajecito de miles de Euros, que sólo ayuda en alejarla, aún más, de los que Evita, una mujer del pueblo, vanagloriaba. Y lo cercano, el yang del que hablábamos, es la verdadera mentira que susurra el aire de cada palabra Cristinista y la ausencia de Cobos, su candidato a vicepresidente y ese “no pasa nada”, que es parte de la nueva función que está llegando. Las cosas se están escapando de la mano para el Universo de Cristina y se vuelven tan autista y tan enfrascados en su discurso que terminan afirmando lo inventado. Y eso se llama encuesta. Hagamos una cosa. Sólo dos segundos miremos con ojos romanos para darnos cuenta de la envergadura del circo del que estamos siendo testigos en este décimo mes del 2007. De esa manera tomaremos la dimensión exacta de los acontecimientos. Theodore Roosevelt decía que “una gran democracia debe progresar o pronto dejará de ser o grande o democracia” y es por eso que la Argentina debe progresar o mejor, siendo más humildes, debe avanzar para no quedar estancada. Para ser una Nación menos peor. Estamos ante la ausencia del bien. Ya no encontramos motivos para felicitar, aplaudir o vivar. Sólo encontramos quejas y reclamos. Mal humor y falta de respeto a doquier. Eso es la ausencia del bien. Que se perdió, no está y necesitamos buscar para recuperar. Por que para construir se necesita buen material y eso se llama argentinos. Para crecer se necesitan bases sólidas y eso se llama votar a conciencia. Y por que para ser feliz hace falta sentir esa increíble paz interior que provocan las cosas bien hechas. La guerra de carteles, a días de las elecciones, está poniendo los condimentos necesarios para sentir el sabor de lo que pasa en la política y en la lucha de egos. El 28 de octubre sólo va a resultar vencedora una fórmula. Las demás son perdedoras. Segundas. Y nadie quiere sentirse derrotado en el ring que proponen los votos de las urnas y para ello arman todas las estrategias posibles. Si son verdad o mentira es parte del juego que debe ir descubriendo cada uno de nosotros. Y todos los candidatos prometen hasta lluvias en lugares donde hay sequías. Por eso, a veces, resulta tan grave como una frase rescatada de un discurso del Papa Benedicto XI que afirma que “Cuando la política promete ser redención, promete demasiado. Cuando pretende hacer la obra de Dios, pasa a ser, no divina, sino demoníaca.” Y si se ponen a pensar casi todo lo prometido es “demasiado”. Hoy nos transformamos en detectives de cada candidato. Y el hecho de estudiarlos para saber a conciencia quien va a regir los destinos del país hace que se sientan inmunes a comentarios, críticas o descubrimientos de que usurpan títulos. Lo visten con la frase de que todo es un complot o una sucia campaña de desprestigio. Y la democracia es exactamente eso. Es la oportunidad de expresar. La democracia no es silencio. Mientras tanto los candidatos hablan y prometen inmersos bajo el escudo protector que le pueden dar las encuestas. Y todos son ganadores... Y muchos mienten. Cómo puede ser, entonces, que Lavagna crea que va a ser segundo al igual que Carrió, que López Murphy, que Rodríguez Sáa, que Sobisch? Todos tienen datos diferentes o mienten como lo hace el oficialismo del que tanto ellos se quejan...? Eso es lo cómico, si uno aprende a descifrar mensajes de campaña se dará cuenta que absolutamente todos hacen lo mismo. Y ahí reside la sagacidad para sentir hacia donde va la elección de cada uno. Falta poco. Por la alfombra roja del poder empiezan a desfilar los candidatos. Una mujer será la triunfadora. Y tendrá glamour, belleza y simpleza. Ojalá y con seguridad gane Argentina, así ganamos todos.

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