martes, 9 de octubre de 2007

El exorcista


En obvia alusión al gobierno actual, el arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, insistió que “le hemos pedido de corazón a la Virgen que nos ayude a vivir en la verdad para no ser confundidos por las artimañas del demonio”.

Una multitud de jóvenes participó de la trigésima tercera peregrinación juvenil a pie a Luján, donde el arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, cardenal Jorge Mario Bergoglio, pidió a la Virgen que ayude a los argentinos “a vivir en la verdad”. “Nos vamos a casa con la seguridad de que no vamos a ser confundidos, engañados, porque le hemos pedido a la Virgen, nuestra Madre, que nos ayude a vivir en la verdad”, destacó el purpurado porteño ante los miles de jóvenes que participaron de la misa en la Plaza Belgrano, frente a la basílica. Bergoglio advirtió que “hay alguien que no quiere la verdad, Jesús le puso un nombre: el padre de la mentira, el demonio”, y recordó que “ya a Jesús en el desierto se le apareció y le dibujó escenario distinto de mentira para que se apartara de la verdad por la cual había venido”. “El mentiroso por esencia, ese que nos muestra vidrios de colores y nos quiere hacer creer que son joyas preciosas, es el demonio, que nos engaña, nos promete y no nos paga, porque como es mentiroso es un mal pagador. Es el padre de la mentira”, sentenció en obvia alusión a la función del gobierno en los últimos tiempos y agregó “tendremos que tener la seguridad de no ser confundidos, de que no vamos a ser engañados. Porque es la Madre la que va a protegernos para no ser engañados”

En referencia al aborto

Antes de bendecir a los peregrinos el obispo auxiliar de Buenos Aires, monseñor Eduardo García, advirtió que "causa extrañeza la protesta indiscriminada contra todo tipo de atropello a la libertad, a la violencia y por otro lado la reivincidcación del aborto, por 'indicaciones' cada vez más numerosas y mentirosas". "Todos defendemos la vida y nos oponemos a todo tipo de violencia y muerte", recordó, al tiempo que subrayó que "vivir en la verdad significa no confundir derechos con caprichos o egoísmos, libertad con hacer lo que se me viene la gana, comprensión con complicidad, tolerancia con indiferencia, firmeza con prepotencia, coherencia con empecinamiento, vicio con necesidad, hipocresía con diplomacia". Monseñor García estimó además que " la verdad que nos debemos unos a otros es la que mantiene la armonía interior".

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