jueves, 18 de octubre de 2007

EDITORIAL OCT 18


LEJOS DEL PARAÍSO

Por: Diego Kraljev

El oficialismo está quemando los últimos cartuchos de campaña con un despliegue digno de una superproducción hollywodense. Así estamos, 130 millones gastados en campaña para sumar cuatro años más de poder al apellido K. En campaña la plata vale... En hechos es promesa. Cristina está pendiente del último acto que se va a realizar en La Matanza, uno de los barrios más populosos de Buenos Aires y donde el gobierno, “generosamente”, liberó 1200 millones de pesos en obras públicas este año. Casualidad? Nada es casualidad y en política menos. Eso se llama favor. El resto de los partidos? Partidos, como quisieron hacerlo ellos, cada uno por su lado, con alianzas mentirosas que no van a desembocar en ningún puerto y tratando de sumar votos para llegar segundos y enfrentarse a un posible ballotage. Este es el escenario, aunque cueste creerlo. Nos acostumbramos a ver pasar la realidad como si fuera una autentica desconocida y más a 10 días de la elecciones más importantes e históricas de la Argentina. Dos mujeres peleando por el sillón de Rivadavia. Ya quedó atrás el tomate y su boicot y tratamos de empezar una semana uniéndonos contra la papa. Jugamos a ser Pumas, a ser hinchas de la primera hora de Riquelme, y dejamos “olvidado” lo que pueda pasarnos en los próximos cuatro años. Otra gran mentira como la actual? Ok, sabemos que nada es absoluto y por eso no exigimos que Argentina sea un país 10. Nada es del todo puro y este gobierno no será la excepción. Cuando se distorsiona tanto la verdad lo que ocurre en el país, en la realidad del país, es que todo tenga el aroma nauseabundo que producen las farsas. Kant, uno de los pensadores más influyentes de la Europa moderna decía que una mentira siempre perjudica a otro, no a un hombre en concreto, perjudica a la humanidad en general. Somos un país que soporta todo por que permitimos soportar todo y elegimos mal para soportar todo y permitir y elegir es casi una condición poderosa en la vida. Es necesario despertar, darse cuenta que la verdad actual, la preelectoral, resultará charlatanería el día después de mañana apenas asomen los rayos de sol del Lunes 29 de octubre. Hay que abrir los ojos, saber captar que es verdad y que es mentira como si fuera un ejercicio diario. Pero también debemos pecar de honestos y decir que a nadie le gusta escuchar la verdad, por que siempre duele y que la mentira está tan enquistada en la política, que se alimenta, como excusa perfecta, en cada acto como si fuera un caldo de cultivo. Cristina bajó el tono en sus discursos y dejó la soberbia en el cajón de los cráneos que le dibujan la campaña y así está más cerca, en sus expresiones, al de una madre que esperamos para que nos haga la cena. Igual, el glamour hace eco del discurso “emperador” ahora escondido bajo lindos trajecitos. Hace una semana el tomate era el tema nacional. En una semana lo será el nabo. Nada será diferente. La palabra democracia parece haber dejado de lado su fuerza institucional al ver la apatía reinante a 10 días de las elecciones. El Congreso ya no es un ámbito de debate. Acaso la gente siente que sea quien sea la presidenta elegida, Carrió o Cristina, nada se solucionará en Argentina? Puede ser. O quizás todos están callando para decir la verdad en las urnas a través del voto el 28? Quién sabe. Nos hemos vueltos impredecibles, las encuestas por lo menos lo grafican. Estamos a días de subir al escenario para ser los actores principales de esta gran obra que se llama democracia. Es hora de actuar, entonces. Dejemos de lado diferencias partidarias para sumar a favor del país. Quizás ese sea un desafío pendiente a lograr siendo un país maduro y entusiasmado con mejorar la calidad de todos sobre la propia. Después lloramos sobre la leche derramada. Por que los caminos del calvario lo asfaltaron los desmemoriados que no tocaron sus bolsillos, para recordar aunque sea un segundo, que no tienen espejitos de colores, que sólo tienen pelusas y monedas. Argentina merece ser grande. Nos hace falta ganas, garras y voluntad. Quizás los Pumas nos dieron una lección. Hermanos unidos pueden vencer a cualquier potencia. Salgamos a la cancha.

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