Ni sabe ni contesta

Una suerte de invocación de un “amasijo” épico, no alcanzaría para ocultar la inconsistencia de una gestión.

Por: Juancho Caminos

Una sucesión interminable de actuaciones “simpáticas” y/o “responsables”, tiene en los últimos días de campaña como protagonista al “matrimonio electoral”. Pero fundamentalmente a Néstor, que también es Cristina, no nos olvidemos nunca de eso. Parece que han convenido en la intimidad conyugal, un renovado y final protagonismo del presidente, frente al deterioro constante de una candidata que no tolera, al generar un enorme y peligroso auto desgaste por sus reacciones “impulsivas” y arbitrarias, el más mínimo contacto ni tan siquiera con adictos, ya sea prensa, funcionarios, claque o gente común. Hay como una suerte de encapsulamiento preventivo y en una burbuja de oxígeno incontaminado. Mejor que no hable nada, le habrían dicho. Prensa selectiva y “pactada”. “No sabe, no contesta”, también le habrían sugerido varios asesores de imagen. Precisamente de ellos viene la idea que todo sea, en el último tramo, bello, simpático, alejado de lo conflictivo. Una pizca de Perón por allí. No mucho, sin exagerar, haciendo como que conforma a los “metalúrgicos”. Tampoco se olvide de Evita, señora. Y quizás también, de ese gran valiente que fue el “Che” Guevara, ¿Por qué no? Otro toque de “Derechos humanos” por allá, con las siempre fieles Madres de Plaza de Mayo. Mucho Armani para el cholulaje, miradas comprensivas y en público a su marido, brindando la tierna imagen de un matrimonio enamorado para una “salvación épica de la patria”. La profusa difusión de las imágenes de las palas mecánicas “buscando exhaustivamente” a Julio López, se suma también a esta batería de fuegos artificiales y finales de una campaña descerebrante. Lejos, la peor campaña política en la historia moderna Argentina. La sucesión de banalidades, hipocresías y cinismo manifiesto, parece no tener fin. Como ejemplo vaya también el macabro aprovechamiento mediático del fusilamiento de los tres policías en La Plata. En esa figurita difícil, Kirchner solo. Con Tinelli en Bolívar, más fácil y cholulo, van Néstor y Cristina juntos. Las “renovadas” invocaciones investigativas del Presidente que siempre es como que “amenaza” ir a fondo. Es insólito que un presidente nos reclame a todos nosotros, que no va a permitir que “suceda” tal o cual cosa, cuando él es en realidad el principal responsable de que eso ocurra verdaderamente. ¿No se supone que eso, que reclama haciéndose el picante, lo tiene que hacer él? ¿A quién le habla? ¿Con quién se enoja? La prensa seria que insiste en que gana “igual”. La oposición que ayuda bastante. Los Pumas, Nalbandián y el “comercio” deportivo-electoral. En definitiva, se pasea por la Argentina una “máscara” insostenible que se derretirá el 29 de octubre, un mes después o a posteriori del 10 de diciembre. Da lo mismo. El país que viene o que sigue, si usted prefiere, las postergaciones incalificables, los requerimientos de una economía atrasada e injusta, no tolera demasiado, una nueva dilación. Y es precisamente lo que caracteriza a este campaña es la potencial y latente dilación que exuda todo el discurso oficial. Es hasta demasiado temerario, a meses de definiciones graves en torno a nuestro futuro económico, la falta de definición en políticas de estado vitales como el oxígeno. Algo se pretende, para variar un poco, que no sea un vehemente discurso impostado. Mucha gente a pesar de tener pocas chances electorales de ser verdaderamente representada, percibe en el trajín de su trabajosa vida cotidiana, un desgobierno actual y la “promesa” de uno peor en ciernes.