martes, 9 de octubre de 2007

EDITORIAL 9 OCT

Cualquier verdura

Por: Diego Kraljev

Estamos siendo testigos de este exprimido de miserias que llenan el vaso a 19 días de las elecciones presidenciales. Fantasmas de complots y denuncias de imaginarios escenarios son parte de estos últimos momentos. Y las cosas no están bien por ningún lado. La ficticia unión entre Cristina y Cobos ya tuvieron los primeros chispazos que anteceden el infierno tan temido. El candidato a vicepresidente espera, desde hace un tiempo, un guiño para no sentirse pintado como un payaso más, dentro de este gran circo K. El matrimonio lo usará para sumar fuerzas y luego lo dejará a un costado. Con Chacho Álvarez pasó lo mismo hace unos años atrás. No hay posibilidad de Alianzas cuando hay poder delante de los ojos. Y Cobos ya siente ese escalofrío corriendo por su espalda. La mano abandonada ya empieza a sentir que tendrá que caminar solo los próximos 4 años. Quizás le convenga. El tomate se presentó como una bomba que perforó la estructura K y estalló pulverizando los mentirosos números del INDEC. La gente tonta todavía piensa que “el oro rojo” cotiza a 3,90 como dicen los Kirchner. Es que hay una impunidad tan grande que permite que el gobierno pueda mentir sin una voz que se eleve como queja. Por que nadie, además, ningún ciudadano, tiene la posibilidad de educar, de enderezar, de enseñar a ser responsable a la clase política y hasta quizás a los que toman algún tipo de decisiones. Ser la verdad o inventar la verdad hace fuerte, enormemente poderoso, hasta el más débil. Y Joseph Goebbels en pleno auge nazi lo hacia repitiendo la frase que parece ser parte de la filosofía K “miente , miente, que algo queda”. Un gobierno que no acepta errores, que no acepta críticas y que cree que la gran mayoría de los argentinos son estúpidos le está errando al eje de la campaña. Ahora bien, hay dos temas importantes. La Argentina de hoy se divide entre los de buen poder adquisitivo y a los que por más que el país crezca a pasos agigantados quedarán siempre relegados. Y estos últimos son mayoría en el país de los 10 millones de pobres. Y a este sector el tomate o muchos de los productos que aparecen en la canasta familiar les parece tan lejanos como a cualquiera de nosotros tocar los anillos de Saturno. La queja constante es de la clase media, media alta, la que es minoría en el país y por ende al matrimonio K poco le importa si les resulta o no creíble las proyecciones de números. Un sinceramiento a pocos días de estos nuevos comicios le harían muy bien a la campaña, al país, a los K. Sería histórico. Total, como decía la revista Humor, “Nada se pierde, todo se lo afanaron”. Un sinceramiento hoy sería un sincericidio para los Kirchner. Y el poder gusta más que la moral en el país del tango. Cristina, Néstor y Alberto Fernández son los padres de esta criatura que se les está haciendo gigante, inmanejable y que ya les cuesta ocultar. Buscarán otra fórmula para acercarse a la gente. Tampoco lo hacen bien. Desde la nueva campaña pergeñada por los afamados cráneos del partido aparece la imagen de Cristina, en los afiches de vía pública, “retocadísima” por el moderno photoshop, y más parecida a una modelo de shampoo barato que a una glamorosa candidata a presidenta argentina, quien invita a soñar en forma de trío proponiendo un “Cristina , Cobos y vos”. Y no sólo eso. Ahora podés ir a un acto y sentir su calor humano bien cerca ya que parte de la estrategia filosófica marketinera es que esté “junto a la gente”. Nadie sigue creyendo esto. Fuerzan una actitud de Cristina que ni ella siente por que en 4 años sólo supimos de sus fastuosos recorridos alrededor del mundo y nunca de su parada en Barrio Las Flores. La gente captó el mensaje y usa al candidato. Y usa a Cristina y a cualquiera que quiera hacer clientelismo político. Hoy se acepta el pancho, la Coca, el microondas y el inodoro. Pero a la hora de emitir el voto, privilegiará un futuro mejor que la repetición de los 4 últimos. De eso estamos seguros. También de lo que podemos estar seguros es que los ciudadanos ven la realidad por más que les intenten mostrar espejos de colores. Algunas actitudes diferentes están empezando a aparecer entre los ciudadanos. Quizás despierten el mismo 28. Si es así que no sea tarde, que nunca sea tarde.

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