martes, 2 de octubre de 2007

Las horas


El gobierno encontró la horma de su zapato. O más bien la inventó. Lilita será la oposición del gobierno en estas elecciones. Un juego del gato y el ratón.

Por Diego Kraljev

La política, como es sabido, es el arte de gobernar. O también podría ser, en una definición más oscura como la de Maurice Duverger, “como la lucha o combate de individuos y grupos para conquistar el poder que los vencedores usarían en su provecho”. Quizás esta última sea más cercana en la realidad Argentina de hoy. Pero la política, también, podría ser una novela maquiavélica, donde los personajes centrales arman tramas provistas de toda astucia, llena de hipocresía y, de ninguna manera, libradas al azar. Según pudo verse en estos días, el gobierno K, ha elegido a su candidato opositor para jugar la partida en estas elecciones. Y la candidata no resultó ser otra que Elisa Carrió. Lo cierto es que el gobierno repartió cartas y eligió que la líder de la Coalición Cívica sea la persona a enfrentarse el 28 de octubre. Y el por qué resulta de lo más simple. Carrió es la más fácil a contrastar. Vive pregonando denuncias que hasta el día de hoy, por una cuestión de lentitud en la justicia, no pudo sacar provecho y la gente espera la veracidad de estas. Pero no sólo por eso, también porque el programa de Carrió es el más contrapuesto a la política K. La Coalición, sin dudas, se viste de progresista pero tiene en su cuerpo sangre neoliberal. Lavagna, a todo esto siente que su situación es más que molesta. Tiene mucha más estructura que la líder de la Coalición, pero la publicidad no juega a su favor. Él fue quién comenzó la actual política económica del gobierno. Es decir, que como oposición, tiene pocas diferencias con Cristina y de existir, son sólo operativas. Hace unos días atrás, cuando la Coalición plantó banderas en Rosario para realizar la presentación de la fórmula junto a Rubén Giustiniani Lilita determinó que “Hay que moderar la demanda porque no es posible sostener esta fantasía de crecer al 9 % anual. Mas vale crecer al 6 % pero con una inflación más baja y no como la actual, que supera el 20 %”. Y esta es parte de la diferencia neta con el programa de Cristina. Cuál es la solución, entonces, a la afirmación de Carrió? Disminuir el consumo a costo de bajar los sueldos? Minimizar el circulante de pesos y no otorgar aumento a jubilados, escuelas u obras públicas a través de un recorte en el gasto público?. Esta afirmación de Carrió da miedo. Y lo peor es que ningún analista económico supo sacar cuentas y provecho. Pero sí el gobierno, que buscará aprovechar la mala jugada. Esta teoría que llevaría adelante Prat Gay, futuro Ministro de economía en caso de ganar Carrió, fue la misma que aplicó Martínez de Hoz, Cavallo y López Murphy en su paso efímero por el gobierno. No es ninguna casualidad que Carrió siempre estuvo más cerca de “el bulldog” que de Lavagna y que por una cuestión de “egos del poder”, la alianza no se dio. El gobierno saldrá a decir que “un cambio de proyecto económico traerá aparejados recesión y desempleo” y que por ende, la política de Cristina, como continuación de la de su marido, es el programa más “tranquilizador”. La opción ochentosa del “deme dos” encubierto en el mensaje de Lilita no tendrá apoyo popular a un costo tan alto para el argentino medio harto de sufrir “la comezón del sexto año” que destroza al país cada 6 años (89 Alfonsín , 95 efecto tequila, 2001 De la Rúa 2007 …?). Quedan aún 10 provincias para elegir sus gobernadores y eso se realizará con las presidenciales. De las 14 elecciones llevadas hasta ahora el gobierno K ganó siete, dos se llevó el radicalismo y cinco la oposición. Para los medios extranjeros el triunfo de Cristina es un hecho. Y aseguran un 25 % arriba de Carrió. Falta ver como mueven las piezas en estos últimos días y como harán para que su proyecto resulte serio. El juego está abierto y acaba de empezar.

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