martes, 30 de octubre de 2007

Habemus Kristinam


Un pueblo que aún no aprendió la lección de unas cuantas elecciones y catapultó a una primera dama a primera presidenta.

Por: Axel Colombo

No podemos negar el “ganamos ampliamente” proclamado por Kristina Fernández, aunque sería interesante poder saber como logró tal arrolladora victoria al buen estilo Varizat. Ya sea por el “sueño americano” acompañado por el orgullo justicialista de una “Evita” en el poder, por un pueblo que se contradice y ama pagar tomates como si valiesen su peso en oro, o por artilugios ocultos y dignos de “mandinga” dentro de las urnas. La primera dama ganó, después “a cantarle a Gardel”. Al juzgar el “ boca en boca” popular previo al día de ayer, la victoria tenia olor a empate, pero los resultados dejan nuestros labios con un sabor de amargura y escepticismo. ¿Cómo puede ser que nadie los vote y ganen igual?, esa pregunta ha dejado de ser retórica y de almacén, esa pregunta ya toma un tinte mayor, esa pregunta ahora asusta. Ciertas irregularidades, muy regulares en las últimas tres elecciones presidenciales (sin olvidar lo sucedido el mes pasado en Córdoba), refuerzan lo dicho. Situaciones que opacan y quitan un poco más de la ya vapuleada credibilidad en las democracias “populares” latinoamericanas. El robo de boletas, la aparición de boletas falsas, la falta de personal para regular las acciones del sufragante, la ineptitud de algunas autoridades de mesa a la hora de brindar el servicio, el retraso de los votantes produciendo el retraso del comicio (como ocurrió en Buenos Aires); entre otras cosas, dieron un tono gris a las elecciones del día de ayer. De igual manera, ante la “amplia” victoria de la todavía primera dama, el oficialismo debería alarmarse ante la reacción del pueblo en los grandes centros urbanos de nuestro país, donde la oposición arrasó en votos, como fue el caso de nuestro queridísimo y racional Rosario. Así también Capital Federal puso su futuro en las manos de la Coalición Cívica de Carrió, pero la Argentina no es sólo algunas ciudades superpobladas. Por otra parte, Lavagna dio más pelea de la esperada y Pino Solanas obtuvo, en algunos puntos del país, un pequeño y meritorio reconocimiento con porcentajes mayores que nuestro amigo el bulldog López Murphy, reconocimiento que se hace aún mas loable al evaluar sus gastos de campaña contrastándolos con los exorbitantes montos utilizados por el lejano “padrino” Sáa. Así es como se cierra esta odisea de las elecciones presidenciales del 2007, historia de idas y vueltas, de amores y desamores, de amigos y amigotes, de millones en propaganda, y de un pueblo que todavía no aprende la lección de la elección. Hubo humo blanco, “habemus Kristinam” señores, cuatro años mas de amiguillos K. En un futuro ¿será la Coalición el batman que derrote al pingüino?.

No hay comentarios: