jueves, 25 de octubre de 2007

Un hombre con Historia


Entrevista al primer candidato a Diputado Nacional Lic. Juan B. Castagnino por la lista 37 con su lema “100% por la vida”.

Por: Leónidas Moreno

¿Por qué tanta insistencia en ese tema?

Por una razón muy simple pero muy honda. Está en juego lo más íntimo de nuestra cultura. La Argentina y en general todo el mundo está sometido cada vez más a una ofensiva contracultural decididamente anticristiana que pretende cambiar de raíz una concepción del mundo y de la vida que ha regido durante siglos. Obviamente el tema del aborto libre es uno de los principales arietes de esta contracultura.

¿Por qué se produce esa supuesta ofensiva contracultural?

De supuesta no tiene nada. Es una realidad diaria que nos afecta. Volviendo a su pregunta, esta situación se produce porque el proyecto socialdemócrata y progre hace ya mucho tiempo que hizo un acuerdo global con el capitalismo liberal. Le regaló el campo de la economía a cambio de que le dejen a los progre el manejo del aparato cultural.

¿De donde saca eso?

Le sugiero que consulten al filósofo que todo buen progre esconde bajo la almohada y a nadie muestra. Remarco lo de buen progre porque la propuesta progre tiene un núcleo duro de dirigentes que sabe bien cuáles son sus objetivos últimos mientras que el resto compró los espejitos de colores. En definitiva, el mentado filósofo es el tan poco conocido Antonio Gramsci.

¿Y qué propone don Antonio?

Gramsci proponía dar un poco vuelta la teoría marxista. Y digo un poco porque Gramsci nunca dejó de ser marxista. Mientras Marx sostenía que cambiando la estructura material se cambiaría la superestructura cultural, Gramsci sostenía que la mejor forma de lograr la revolución era cambiando la mente de la gente mediante la captación de la educación y de los medios de comunicación, es decir, del aparato cultural. Aquí entra a jugar la lucha de Gramsci contra la cultura cristiana y, más específicamente, contra la cultura católica a la cual Gramsci admiraba y al mismo tiempo odiaba.

¿Cómo es eso de admirar y odiar simultáneamente?

Claro, admiraba lo católico pero tenía muy claro que la mentada revolución cultural, que hoy se está mostrando con sus aristas más toscas y degradantes, necesitaba difundir una demoledora contracultura anticristiana para poder llevar a cabo la revolución.

Revolución, revolución ¿no le parecen palabras un poco obsoletas desde la caída del Muro?

Eso es lo genial del proyecto progre socialdemócrata. El hacernos creer que nada está pasando. Eso y el uso de la vaselina … Lo doloroso es la cantidad de progres bien intencionados que hay, que creen hacer lo mejor por la Argentina y por su pueblo. Por supuesto no me refiero al núcleo dirigencial duro sino a los que compraron espejitos de colores. No terminan de darse cuenta que juegan de punto, nunca de banca, de proyectos internacionales que necesitan de un pueblo anestesiado para poder dominarlo. ¿Acaso no vemos todos los días cómo perdemos día a día la capacidad de reacción? El progresismo, que se cree tan piola, es patéticamente atrasado y funcional a los poderes internacionales. En verdad sólo despertaría una carcajada de conmiseración si no fuera que está en juego la mente de nuestros hijos y el futuro de nuestra patria.

Le insisto, todo parece indicar que la revolución es cosa del pasado.

Mire, los ex comunistas luego de la caída del Muro se dieron cuenta de sus errores y se reciclaron en los partidos socialdemócratas pero nunca abdicaron de llevar adelante la revolución. No olvidemos que las diversas internacionales socialistas tienen todas la misma matriz cultural materialista por lo que no debe extrañar este reciclaje. La cuestión es que los comunistas de ayer reconocieron que era una locura pretender hacer la revolución matando gente así que terminaron reconociendo que era más efectivo y sutil cambiarle la cabeza a la gente. No te mato el cuerpo pero te mato el alma, con vaselina, claro. Ese es el proyecto progre que ganó Santa Fe y que está enquistado en muchos partidos, incluido el peronismo, a través de los Kirchner. Por supuesto, con Menem sufrimos la otra pata de la dominación, la liberal, y así estamos.

¿Pero muchos progre están muy preocupados con los problemas que afrontan nuestros hijos?

Bueno, esos son los progre que además de tener muchos espejitos fogonean una cultura relativista que produce las lacras de las que, paradójicamente, se espantan. No hay caso, son muy atrasados, patéticamente atrasados y, además, contradictorios.

¿Qué tiene que ver toda su exposición con la labor legislativa a la cual pretende acceder? ¿No parece demasiado filosófico, tipo nubes de Ubeda?

Al contrario, cuando tenés en claro los grandes principios podés legislar y gobernar mejor. Ojo con los tecnócratas, que tanto abundan, que tienen en claro lo instrumental pero terminan sirviendo cualquier ideología o interés que esté dando vuelta por no tener en claro los grandes principios. Además, no como vidrio, soy licenciado en ciencia política y licenciado en relaciones internacionales así que a las nubes de Ubeda las dejo y deben volar para las artes pero no para la política.

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