jueves, 25 de octubre de 2007

Tomátelos con Soda


Diego Caposutto no se imaginaba lo que se venía e inesperadamente se convirtió, por una noche al menos, en un “encuestador” más.

Por: Juancho Caminos

Hace unos años asistíamos a la más famosa y controvertida proscripción política de toda la historia argentina. La de Perón y su Movimiento. Hoy estamos en presencia de una proscripción más rebuscada, compleja e indirecta. Al punto de no parecerlo, y simplemente aparecer como “cambios” sociales y “paradigmáticos” y “cansancios” de los argentinos. Nuestra tesis es muy distinta, inclinándonos a pensar más bien en un clásico robo. El epifenómeno se nos aparece y nos lo venden como un retiro masivo de la “política” que por otro lado no “entiendo y no me gusta”. Durante años se trabajó la idea, el concepto de la política como un hecho casi criminal y necesariamente corrupto. No solo eso, desde el horizonte político se trasmitió y trasmite el mensaje de que habría profesionales o especialistas trabajando en la materia desde hace mucho tiempo y que conviene dejarlos a ellos hacer el trabajo sucio, evitándonos “heroicamente” cualquier tipo de “contaminación”, a cambio que cada tanto los “refrendemos” en las urnas, sin que necesariamente vayan todos a votar. La galería de personajes que pueblan esta orquestación es extensa y de variado pelaje. Tienen denominadores comunes en la materia, a pesar de los discursos de vehemente confrontación con los “anteriores” gobernantes, siempre nefastos y odiosos. Fueron convirtiendo a la “política” en un mero hecho electoral y ahora directamente con una ausencia creciente de personas físicas en el mismo. Ahora bien, este hastío, esta “apoliticidad”, tan promocionados por cierto, ¿son el abandono de la política o de un monstruo que simplemente ha usurpado un término? Una gran mayoría de los opositores y en forma totalmente desinhibida, acusan al Kirchnerismo de ser el principal causante de la “apatía” electoral. A fuerza de difundirla también se contribuye en ofrecerla como alternativa. Pero además, ¿no seríamos en todo caso, todos responsables de esta situación? O al menos cómplices, sin entrar a considerar el porcentaje en el reparto de las cargas. Todas las “encuestas” hablan del desinterés en las elecciones nacionales. Estarán promoviéndolo. Mucho se habló técnica y políticamente de algunas elecciones con resultados “cantados” para algunas provincias y que resultó totalmente adverso. Luego, nadie habló o se hizo de manera muy imperceptible, de las palizas contrarias que les fueron propinadas por “la apatía generalizada”. Se ve que mucha gente cuando puede y encuentra una oportunidad, no deja de aprovecharla para hacer un poco de justicia. ¿Pasará esto el 28 de octubre? Quizás no en el acto electoral. Pero la vida continúa y Dios proveerá. Soda Stereo tuvo una hábil y esperada reaparición en el mundo del espectáculo musical argentino. Una lujo para nuestros oídos. Diego Caposutto, ese divertido personaje de la barra de Alfredo Casero, en la espera del conjunto en River Plate, pasó por las cuatro pantallas gigantes, un video cómico de entretenimiento. Consistió en la aparición de personajes de la política argentina del pasado y presente, opinando, con voz doblada obviamente, sobre el retorno de la banda de rock. Perón, López Murphy y Lavagna pasaron frente a 80.000 espectadores produciendo atención y silencio con algún silbido aislado. Le tocó el turno a Kirchner. Apenas apareció en pantalla se desató una ensordecedora y generalizada silbatina en todo el estadio. ¿Serán silbidos “apáticos”? ¿En que encuesta figurarán estos hechos “apolíticos”? ¿Para quién es el consumo de la “mercadería” publicitaria que nos describe una realidad ficticia? Tanta ficción tendría cierto mercado. Tanta ficción después tienen que hacerla coincidir con un “resultado”. Gente que se lo cree, parece que hay.

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