martes, 30 de octubre de 2007

Inteligencia artificial

La salida tecnológica parece ser la llave mágica para terminar con los problemas que han cruzado la reciente jornada electoral, con quejas de votantes y partidos que se multiplican.

Si hay algo que quedó claro en estas elecciones, más allá del contundente triunfo del Frente para la Victoria, es que el sistema electoral tal y como está planteado tiene falencias que deben ser solucionadas. Las quejas presentadas a Poder Ciudadano dan cuenta del desorden que caracterizó a esta elección para los ciudadanos que provocó que, el hecho de votar, fuera toda una aventura. Los partidos políticos también hicieron presentaciones. Las irregularidades, centradas en la conformación de las mesas, la ausencia de boletas de los distintos partidos o la falta de fiscales; empañaron el acto más sublime de la democracia, donde la participación popular debe ser estimulada y su resultado, irrefutable. Laura Alonso, Directora Ejecutiva de Poder Ciudadano, señaló que "si bien las irregularidades no cambiarán el resultado final de la elección presidencial, es un deber de las autoridades enfrentar que el sistema tiene falencias y actuar en consecuencia realizando las reformas necesarias y suficientes". De acuerdo con los llamados telefónicos contabilizados por Poder Ciudadano, las boletas ausentes en el cuarto oscuro son las de la candidata de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, (38%), seguidas por las de Alberto Rodríguez Saá (21%), Francisco de Narváez (14%); Pino Solanas (11 %), Roberto Lavagna (3,5 %) y Jorge Sobisch con el (2,5 %). El 20 % de los llamados denunciaron la ausencia de dos o más boletas, informó la ONG. Con el sistema planteado tal y como está, sólo tienen posibilidades las grandes estructuras partidarias, con capacidad de fiscalizar y proveer boletas a las miles de mesas en todo el país. Si bien ya se había hablado de una reforma que suponga la modernización de los procesos electorales, las elecciones presidenciales de este pasado domingo dejaron un claro mensaje: así no se puede. Y no se trata de cuestionar el resultado, si no la forma en la que se llegó a él. Ahora el término “voto electrónico” parece ser la gran esperanza para solucionar este tipo de desaguisados que empañan un aplastante triunfo, sea quien sea el ganador. Vale revisar los sistemas de voto electrónico existentes en otros países, más allá de que se ponga en forma permanentemente el ejemplo de Brasil; quizás por ser el más cercano. Muchos países como el ya citado Brasil y La India poseen este sistema por la cantidad de población: 100 millones de electores son difíciles de manejar.
Otros países se quejan porque trasladarse a votar les resulta tedioso, por lo que claman por el “voto pijama”, en el que el elector no sale de su casa para votar. Y si la idea es que todo funcione “como un reloj”, nada mejor que ver cómo resulta el sistema que han creado los investigadores de la Universidad de Suiza.

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